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jueves, 5 de octubre de 2017

Epopeya de (RS)-1-(1,3-metilenodioxifen-5-il)-N-metilpropan-2-amina



            Izdubar va a Suruppak City
a buscar una botica en los bajos fondos del Chinatown
(rompió su hucha con forma de Kalle
[barba blanca de cal y calva la frente ovoide
con una ranura horizontal bajo el negro bigote
—para monedas de dos
cinco y diez— se forma marxiana la boca]
y su capital asciende apenas a quinientos baros).
La botica la atiende el viejo Atarhasis y su antediluviana esposa.
Le informan que la píldora contra la ataraxia
ha salido del catálogo
y por el momento es imposible conseguirla en ninguna parte.
Cabizbajo y luego vehemente les ruega por algún remedio.
—Mira viejo, este pobre joven vino penando y esforzándose
ya dale algo para que se largue —aconseja la antediluviana.
—Escúchame bien muchacho:
cambrón es una planta de espinas que contiene catinona y catina
solo conseguible en las alcantarillas con el mote de molly
—bajando la voz
Atarhasis hace como que tose y con la mano
le dice que se retire.
Baja Izdubar a las cañerías
a comprar un par en un bar de mala muerte.
Después de veinte leguas traga un cuarto con un buche de saliva.
Después de treinta leguas entra a los baños de vapor a ver no sé qué carnes.
Ahí una serpiente 
olfatea la fragancia
a la altura escondida de la epífisis del fémur bajo la ropa
a la altura de un bocado traga el resto
y al retirarse muda
de piel entre las sombras la salida.
A esto Izdubar se sienta y llora
y al volver a casa pega al pobre Kalle de escayola
con cola-loca y cinta maskin
y recuerda lo perdido mientras sus lágrimas ruedan
como monedas hasta insertarse en la boca.