!

!

miércoles, 30 de septiembre de 2015

Frank Stanford, 6 poemas



TODOS LOS QUE ESTÁN MUERTOS

Cuando un hombre sabe que otro hombre
Lo está buscando
No se esconde.

No espera
Pasar otra noche
Con su mujer
O mandar a sus niños a la cama.

Se pone una camisa limpia y un traje oscuro
Y va a la peluquería
A que otro hombre lo rasure.

Cierra sus ojos
Y se recuerda como un muchacho
Desnudo sobre una roca cerca del agua.

Entonces pide una loción especial.
El viejo se acomoda en la silla
Mientras el barbero se esparce
Un poco en cada mano.




AMIGO DEL ENEMIGO

La yema de huevo bajó por mi pierna
como un hermoso caracol sin su concha,
bajó por la cuesta
a la cacerola del agua, a las moscas ninfa,
hacia los labios de pececillos de estanque,
abajo de la enorme barriga del gar – el juerguista
y habiendo buceado y perdido, entonces va
a la garra de la pantera coja
que corrió de vuelta a su guarida con ella .
Pero la clara, se queda conmigo,
marca de la bestia, el ave y el trato.




EN OTRO CUARTO BEBO BLANQUILLOS DE UNA BOTA
       a Hans Richter

Qué tal si la luna fuera esencia de quinina
Y los tacones fueran una hora del día
Cuando ciertas aves se desangran
El chófer le dice al cocinero
La cornamenta se clavaría en los témpanos de hielo
Nadaría con una linterna
Y estaríamos temblando en una zanja
Mordiendo a través de una ala negra
Habrá botes
Habrá un país de ensueño
El enorme zumbido quieto del alma en la noche
El único sonido es una pala
Despejando un lugar para el buzón.



  
FOSAS

Continuamos y temblamos.
Dios dice que ahora podemos follar.
Dios dice renuncia a todos tus amantes,
Es tiempo de morir.

Cuando era más joven conducía un Lincoln.
Dios dijo cámbialo.
Un poco amable, y luego terrible,
Y enfermo de mi propio género,
Quise volverme mujer.
Quise lavar los pies de otra mujer
En público, quise sus ojos
Sobre mí, olivos sobre la tierra.

Te di mi mano,
Ahora ando con la manga
Escondida en mi abrigo.

No subo a los árboles, tocando
Un pecho a la vez,
Sin tener una  mano para mí.

Continúo y tiemblo
Con tu espalda en mi sangre,
El aplauso que mi madre me dejó.

Conmigo nada más, y ahora,
Y por siempre, y aún para siempre
El polvo de mis pies
En el desierto
Te doy extraño mi signo,
Mi tranquilidad,
Pero Dios, tú recuerda
Cómo me chingaste de más.




EL SISTEMA PENITENCIARIO DE ARKANSAS

Es como un poema lírico
con siete temas básicos
primero el recogedor de algodón
arrastrando tras de sí un vagón de testículos
un par de tenazas con que pueda llenarlo
por una cruz en un pellizco
entonces está ahí el estanque cálido
entre los muslos de la sirena
luego tenemos algunos amigos
tuyos y míos
que estarán con nosotros siempre
Pablo el artista
el pubis de la  luna
Pablo el chelista
pantera de silencio
Pablo el poeta
el punto es no volver
y en caso de emergencia
el sexto y el último tema
de este poema sistemático
es la forma sistemática de
la muerte que se desnuda frente a ti




LA VERDAD
    a Nicanor Parra

No te voy a mentir
A través de mis dientes
Como los poetas de Minnesota,
Del Sur, y del Oeste
Y de Nueva York.

Más que todo en la vida
Quisiera otra vez coger con alguien de treinta,
Y no tengo ninguna duda
Al decir que preferiría ser Marlon Brando
Más que T. S. Eliot, etc.

Tengo más respeto por Muhammad Ali
Que por cualquier otro hombre vivo.
De acuerdo, lo he intentado en Esquire,
Pero mis zapatos no son de plataforma
Y no sé una mierda sobre canoas.

Sin embargo, puedo probar que
Casi todo poeta trabaja en la comisión de caminos.
Hay más poetas que lo que hay de
Moscas  o ingenieros.
Y yo apesto como una mula muerta bajo un paso a desnivel.



[Poemas en inglés tomados de: http://www.poetryfoundation.org/bio/frank-stanford# ]

No hay comentarios.:

Publicar un comentario