Canto VII: La Última Noche
Tú serás
el último rostro
que vea. Yo
lo sabía cuando estaba
recostado debajo
de ti.
Abandonada Noche
en ti
me enredo.
Cuán sola
debes haber estado
para encerrarte
en piedra. Pero
has dado a luz
y bautizado con
lágrimas.
Abandonada Noche
con tu hermoso
cuerpo preferido
el cabello
trenzado castamente
donde tus hijos nunca
se han ocultado.
Noche, madre
rendida creatura, cuán
expuesta eres. Que
has dado a luz
no para júbilo ni
a querubines risueños, pero
sí, de la pura tristeza,
a un niño de llanto, de
fuego.
Noche,
no me sofoqué
en la recámara de piedra
de tus brazos y muslos.
Ya había nacido y
estaba respirando.
Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida,
porque nos amamos unos a otros.
El que no ama a su hermano, permanece en muerte.
1 Juan 3:14
Yo depongo
las armas de
la oscuridad.
Última Noche, no quiero
regresar a tu útero.
Me quiero estirar,
ser una mano asiendo lo invisible,
fuerte, contra el madero,
mi cuerpo sobre tus labios.
Mientras estoy vivo, quita
tus brazos de mis rodillas.
Hace tiempo que has
tejido mi
mortaja.
Mírame.
Siento que arriba
tu tristeza se va
al fin. Oigo
risas de niños.
Inclínate
más abajo. Aún con
tus ojos cerrados
podrás sentirme.
Mi mirada
se eleva constantemente
a tu rostro.
Salmos 135: 15
No fue encubierto de ti mi cuerpo,
Bien que en oculto fui formado,
Y entretejido en lo más profundo de la tierra
…y entonces tú
abriste, creaste el espacio
creaste una nueva tristeza, creaste
un manto impenetrable de
desesperación alrededor de mí y me lanzaste
a la
Noche.
Noche
expectante
de mí. El exilio
está siempre en
el camino de regreso a casa. Su
llegada es un mito:
Sin embargo estamos
ya
ahí.
Última Noche,
quien viene, nunca se va
otra vez, quiere dormirse alerta
a tu lado, traer tu cuerpo
de piedra al blanco calor otra vez y sentir
su hervor, su cabeza, su cabeza ya extendiéndose
fuera de ti, su boca ya alcanzando
las pestañas del alba.
Una vez más llegas.
Ten piedad.
Noche,
esta noche
nos acostaremos juntos
en las tierras altas
gastados por el frío
y el calor.
Aquí el alma
se funde
por el fuego y
el tremor de
la luz
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Canto VII: The Last Night
Yours will be
the last face
I see. I
knew it as I
lay beneath
you.
Abandoned Night,
I twisted myself
into you.
How lonely you
must have been
to enclose yourself
in stone. But
you have given
birth and baptized
with tears.
Abandoned Night
with the beautiful
proffered body
the chastely plaited
hair in which
your child never
hid.
Night, mother,
surrendered creature, how
exposed you were. That
you had to give birth
not to joy, or small
laughing cherubs, but
from pure sadness
to a child of tears, of
fire.
Night,
I did not suffocate
in the stony breech
of your arms and thighs.
I had already been born and
was already breathing.
We know that we have passed from death into life,
because we love one another.
He who loves not his brother abides in death.
1 John 3:14
I lay down
the weapons of
darkness.
Ultimate Night, I do not want to
return to your womb.
I want to stretch out,
become a hand seizing the invisible,
hard, against the wood,
my body upon your limbs.
While I am still alive, take
your arms off your knees.
You have long since
woven my
shroud.
Look at me.
I sense that above
you sadness ceases
at last. I hear
children’s laughter.
Bend
lower. Even with
your eyes closed
you will feel
me.
My gaze
rises constantly
to your face.
My frame was not hidden from you,
when I was being made in secret,
intricately wrought in the depths of the earth.
… and then you
opened, created space,
created new sadness, created
an impenetrable cloak of
despair around me and hurled me
into the
Night.
Night
wait for
me. The exile
is always on the
homeward journey. His
arrival is a myth:
But then, we are
already
there.
Ultimate Night,
whoever comes, never to go
away again, wants to sleep himself alert
beside you, to bring your stone
body to white heat once again and feel
its seething, his head, his head already extending
out of you, his mouth already reaching
dawn’s eyelashes.
Arrival once more.
Have mercy.
Night,
tonight
we lie together
on the uplands
wasted by heat
and cold.
Here the soul
steels itself
for the fire and
the tremor of
light.
Dr. Richard Exner, poeta alemán, prosista, traductor, y académico de literature
alemana. (Niedersachswerfen, Alemania, 13 de mayo de 1929 – Berlín, 16 de Julio,
2008).
De Night/Die Nacht: Seven Cantos, 2001 (traducción al inglés por Alan MacDougall y Roger Lydon), ciclo de poemas inspirados por “La nuit”/”The Night”, escultura de bronce de Aristide Maillol y dedicada a sus hijas.
El canto completo se puede leer en: independent.com/cantovii.
Poemas e información traducida de: http://www.independent.com/news/2008/dec/24/richard-exner-1929---2008/
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